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Relatan vejaciones en COT 1 Martínez de San Isidro y señalan a los torturadores

13 de junio de 2012

En una nueva audiencia por el juicio al Circuito Camps, tres víctimas relataron sus cautiverios en Puesto Vasco y en el Comando de Operaciones Tácticas N°1 de Martínez; contaron la preocupación de la policía por el Caso Graiver, y reconocieron a dos acusados que formaron parte de los secuestros y la tortura: Cozzani y Tarela (foto).

Primero declaró la esposa de Carlos Miralles, Luisa Villar Riat de Miralles, el hombre que relató ayer cuando Norberto Cozzani y su patota irrumpieron en su casa, buscando en realidad al ex ministro de Economía del Gobierno de Calabró, su padre Ramón Miralles, y tras la ausencia del ex funcionario, se llevaron a los hermanos Miralles y a Luisa Villar Riat. Tras el traslado en auto llegaron al COTI Martínez. Relató Luisa nuevamente la carta abierta que Miralles le realizó a Saint james, como causa de la persecución.

«El 31 de mayo eran días muy fríos y sin abrigos, sin alimentos y sin situación sanitaria posible aumentaban la situación de desesperación.», dijo la mujer sobre la fecha en que los secuestraron; y relató: «comencé con muchas perdidas y fui auxiliada….  estaba el medico Bergés»; su esposo contó ayer que la mujer perdió el embarazo. «A mi me interrogaban por si  había una relación entre Miralles y Graiver.» dijo y añadió que le hacían preguntas incoherentes.

Finalmente, los primeros días de Julio los llevaron en auto «por rutas provinciales, según parece cada uno tenia un sector, un circuito con sus detenidos con sus desaparecidos. Nos trajeron a la plata, íbamos tirados, pero después nos fueron dejando incorporar. Nos dejaron a una cuadra de donde nos habían secuestrado, también iba Cozzani», resumió sobre su liberación.

La madre de los hermanos Miralles, esposa del ex funcionario provincial, se entrevistó con Monseñor Plaza, quien les dijo que no los iban a torturar. Al cura Von Wernich también la mujer lo escucho en Coti Martínez. Luisa Villar Riat también vio abuso de mujeres, y «lo vi a mi suegro Ramón Miralles ya sobre el final de los días».

El otro hijo de Ramón Miralles también añadió detalles de aquel secuestro del 31 de Mayo, y el cautiverio de él, su hermano y su cuñada en el Cot1 Martínez.

Declaró en segunda instancia Alcides Antonio Chiesa, esposo de Norma Esther Leanza, la mujer que el lunes relató aquel 15 de Octubre de 1977 cuando secuestraron a Antonio y luego, al salir afuera a ver qué pasaba, ella misma fue secuestrada junto al suegro, Santiago Chiesa.

Aquel día se encontraban almorzando junto a su esposa en lo de sus padres; durante el transcurso de la tarde aparece una persona en la puerta de la casa, la cual fue atendida por la madre de Antonio, “Cuando llaman a la puerta sale mi madre y me dice es Manuel (un amigo), él me recibe y dice ´hay un despelote bárbaro´, me agarran entre 10 o 15 personas, me meten en un coche y le dicen a Manuel que se vaya”, dijo el testigo recordando el momento del secuestro.

Desde allí lo llevaron al pozo Quilmes, espacio que reconoció por haber hecho tareas de oficio  en  el lugar “habíamos hecho la carpintería de la Brigada y habíamos hecho unos cerramientos en las puertas de las oficinas. Cuando escuché el portón me di cuenta que era el nuestro porque tenia una pequeña falla y por ese ruido lo reconocí”, afirmó Chiesa.

Allí procedieron a hacer lo que generalmente hacían con las personas que mantenían en cautiverio; lo desnudaron, y le robaron un anillo y un reloj que poseía. Acto seguido comienza la sesión de tortura: “me acuestan en una cama metálica y empiezan a darme picana, después la traen a mi mujer y me torturan delante de ella”, declaró

La víctima también hizo alusión a la degradación terrible que eran sometidos quienes eran detenidos generándoles una pulsión de muerte, “En esa época alguien me dijo que si uno toma agua después de la picana puede tener un ataque cardíaco y yo escuchaba una canilla, fui hasta allá y lo que pensaba era que lo mejor que podía pasar era que me de un ataque”, argumentó el declarante.

Días después lo trasladaron al Puesto Vasco, lugar donde se enteró que su padre también había sido secuestrado puesto que escuchaba su voz. Luego de una semana, al ser llevado a una oficina da cuentas de que su mujer al igual que él se encontraba en el centro clandestino, “me llevan a  una especie de oficina y me encuentro que también estaba mi mujer, estábamos sucios, yo tenia ropa de otro que me quedaba chica, sucia y estaba manchada de sangre. De ahí nos llevan a una celda y nos ponen juntos una noche” atestiguó.
Chiesa confesó haber visto al doctor Bergés en el Pozo Quilmes quien está imputado en la causa, “Yo me infecte las piernas con la picana y se me empezó a hinchar la pierna a tal punto que tuve que romper el pantalón porque me apretaba, ahí vino Bergés, me dio unas pastillas para la infección, tomé una vez y me dio una alergia, unas ronchas, así que no las tome más”.

A lo largo de su declaración evocó su paso por los centros clandestinos en los cuales estuvo recluido: Pozo de Quilmes, que funcionó en la Brigada de Investigaciones de esa localidad, y Puesto Vasco. También su paso por la comisaría de Villa Echenaguzía y los penales de La Plata y Rawson. Finalmente en 1982 fue liberado tras haber permanecido en la Unidad 9 de La Plata.

 

El tercer y último testigo del día, Oscar Norberto Alvite, quien perteneciera a la Federación Empresaria de La Matanza, declaró delante de los jueces Carlos Rozanski, Roberto Falcone y Mario Portela, que fue privado de su libertad el día 28 de julio de 1977, mientras se encontraba  en su negocio en la localidad de San Justo. En ese momento,  fue increpado por 4 personas de civil con ametralladoras, aproximadamente a las 19 horas de aquel día.

Desde allí lo trasladaron a un lugar, que después supo era Puesto Vasco, donde permaneció alrededor de 2 meses, hasta el mes de septiembre. Lo interrogaron luego de mantenerlo aislado algunos días en “el buzoncito” (celda), “me llevaron a una oficina y me interrogaron 3 o 4 personas sobre si lo conocía a David Graiver y yo les dije que sí, que era miembro de la confederación…”, dijo el testigo refiriéndose a la causa de su secuestro. También recordó que le preguntaban por la participación de judíos en la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (CEPBA).

Durante la declaración, Alvite reconoció haber compartido celda en Puesto Vasco con: Jacobo Timerman (Periodista), Juan Ramón Nazar (al dueño del diario de Trenque Lauquen), Alberto Liberman(ex ministro de obras Públicas), Julio Miralles (el hijo del ex ministro de Economía), Héctor Ballent (ex director de Ceremonial), y Juan Destéfano (ex Secretario de la Gobernación). En este mismo lugar afirmó haber estado con Norberto Cozzani “era el brazo ejecutor de la patota de Etchecolatz”, dijo. Asimismo identificó también al doctor  Jorge Bergés (imputado en la causa al igual que Cozzani) a quien calificó como “un medico con pelito largo, flaco, que lo conocían todos”.

En su testimonio aclaró que su desempeño como “dirigente  empresario” lo llevó a que le permitieran gozar de ciertas libertades: “ellos nos decían ´ustedes no son subversivos, son hombres de Calabró´… por eso gozábamos de cierto régimen de comodidad, jugábamos a la pelota”, comentó ante la audiencia.  Además, recordó que luego de su paso por Puesto Vasco fue a la Jefatura de la Policía, donde tuvo lugar la entrevista con Etchecolatz, que según reconoció el testigo éste le pidió disculpas por haberse equivocado con su detención, “yo le dije, soy una persona pública, me van a preguntar y me dijo diga que me llevaron los militares”, afirmó Alvite.

Finalmente, al ser liberado, llevó una carta a la esposa de Nazar que éste le había dado. A partir de ese episodio todos los liberados del grupo en el cual se encontraban tanto Alvite como Nazar volvieron a ser detenidos, fue entonces cuando tuvo lugar su detención en la Brigada de San Justo por un tiempo, hasta que fue liberado.

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